Inconexo destino II

Volviste de esa manera tan fugaz que ni tiempo de medir las consecuencias tuve. Pensé que esta vez el destino sería amable, porque pedí una sola oportunidad a Dios y resulta que me veo acá desolada, tratando de sacarme esas ideas de mi cabeza, bailar en la cornisa se ha vuelto un pasatiempo para mi depresión, no tenía idea de lo que pasaba en mí, pero ahí pidiendo vivir un poquito mejor, para seguir siendo ejemplo, no quiero dejarte solo mi niñito.

Todavía eres pequeño,siempre lo serás, pero debí dejarte bien armado para que no te haga falta.

Sí supiera la gente el daño que puede llegar a hacer, si pudieran ver cómo me duermo...

De seguro se arrepentiría de su jugada, porque nos saben, nunca lo sabrán porque siempre he sobrado en la vida de todos. Nunca me sentí amada, nunca Dios no existe, nunca ha estado acá conmigo, y si existe jamás me ha escuchado. Me ha dejado sola a la deriva, me rodean personas, pero estoy cuidándonos a los dos, nadie cuida de mí, aunque lo necesitase.Yo no considero que le haya hecho daño a nadie. Ni cuenta me he dado si es que lo hice.

Mi imaginación está disvariando algún día soñé que nuestra familia era extensa y había amor verdadero, del que no se acaba dicen por ahí que mucha gente lo ha vivido.

Mirando por la ventana soñando con un mañana que acaricie mi frente con un tenue besito, soñando que mis manos nunca más se cansarán de apretarlas cuando duermo, porque habrá alguien que me sostenga.

Quiero irme al mar y evitar soñar, sólo ver y contemplar el presente.

Yo entiendo todo, sólo que no basta con entender, la maldad humana no tiene límites, por eso desde ahora me he convertido en un pájaro, voy de un lugar a otro y sólo paro para comer, quiero llegar al siguiente sitio, por eso ni siquiera me detengo tanto tiempo, como esquemas mentales que se desectructuran, volando y batiendo mis alas sin usar más que mi instinto.