No me fío de la muerte

Dónde se fue el muerto?

¿Quién sabe? , ¿quién fue el que lo mató? , ¿cómo habrá muerto¿, ¿dónde está su alma? , quedaron hartas hojas para ver en otoño, hartas gotas cupieron en mi techo, varias nubes destacaron al sol frío.
¿Dónde está el muerto?
Yo no pude enterrarlo, ¿dónde está? , ¿no puedo llorarlo aún.?
¿Quién o qué te llevaron a la muerte?
¿Dónde fue qué pasó?
¿A qué lugar se llevaron tu cuerpo? , tu alma errante se volvió sombra putrefacta sumisión al mundo.
Vamos a dejarte muerte, vamos a invitar a  todos a presenciar la maravillosa vida rota, jodida e incompetente verdad.
Algún día verás la luz precioso zorzal.
En los recovecos diezmados en la hipocresía absoluta, la añoranza de un sol radiante empobrece mi cerebro, porque así las lunas dejarían de ser capaces de crear  olas.
Tan lentamente, tanta paciencia, no cabe de alegría aquel calendario subliminal de mi pared, cuando se cae en  cuenta que las celebraciones están en rojo y son poquísimas.
No me fío de ti muerte, no me fío de los muertos y de tu ejército de sombras. Yo perduro en la agonía porque la dulce vida está en mi puerta. No te quiero muerte, vete de aquí pronto, no eres bienvenida a mi casa.
Mañana todos los velorios de tu muerte se cancelarán y harán festividades para burlarse de ti, sales corriendo tal caballero errante que encuentra su camino.