Todavía no pregunté.

Así que en un mundo onírico se posan todas las estrellas en mi jardín y alumbran todo lo que no quería ver.
Me regaño en el abismo, la tormenta me compromete a seguir en el camino, ni siquiera me pregunté si quería quedarme en ella o ir por más sueños. 
En el incierto destino supuse tantas cosas pasarían, pero nunca pensé ni sentí que estarías dentro mío. 
Persiguiendo mi aliento, corriendo de noche esperando la lluvia, me limito a soñar en todas las auroras con el destino final. 
Todavía no pregunté, todavía no. Silenciado todo, disfruto el latir de mis instintos. 
Callaremos, nos silenciaremos tanto y tanto para no aceptarnos. No conocemos la felicidad y eso es un tormento delicioso que estalla mi mente. 
Abrirnos a mirar una sonrisa por siempre.