Solsticio de otoño

Me siento desnuda en mi andar, me siento coja, manca y muda.
De hecho las noticias vuelan y otra vez la misma cosa, sabes que todo es una bola de nieve. Sabes que los inviernos son duros para seguir viviendo así. Desconoces mi pensar y el colapso que tendré, no quiero saber nada del mundo porque no soy llamada a vivirlo.
Dibujar tu rostro con el dedo disfrutar tu boca y pelo, desfallecer en tus brazos,despertar viendo la luna tocar tu lóbulo y sentir placer, cobijándonos en la tibia húmeda y flagrante unión imperecedera de nuestras almas. Me mantengo calma distante y en victoria.

Caballero errante

Tus mortales estocadas me hacen sentir fortalecida, yo no soy un error en tu vida, pues tú en la mía sí, gracias por hacerme tan fuerte, gracias por hacerme creer en las personas, gracias por darme la oportunidad de ser feliz.Me había creído eso de la felicidad, opacamos a quién quisiera hacernos daño, tú en mi posición lucharías, lo hiciste muchas veces fuiste custodio de este amor cuando no lo merecía creías que valía la pena y me conquistste mil veces después de la primera conquista, te la di muy difícil. Ahora que es al revés trato de dejar esta tribulación y que sea un mal recuerdo infame y no deje cicatrices.
Entiendo todo y se que siempre te acobardas y buscas refugio, en esto estoy sola por lo que más amamos seré custodia de nuestro hijo y por fin verás los frutos de mi esfuerzo, por que lo vales porque lo valgo porque todo lo que pasa ahora debía pasar, debemos ser cautos y fuertes.
Tanto fingí amarte que terminé amándote genuinamente. Me vuelas la cabeza, me estremezco, caballero, me estremezco que seas tan valioso en mi vida.
Ahora bien se que esto no es fácil y tropiezo a cada rato con las enredadas palabras de tu vientre, tan sólo miro a nuestro hijo y veo al amor más grande del mundo hecho carne, cómo he de fatigarme si el beneficio será para él. Cómo no he de reinventarme mil veces al día con suspiros actuaciones y mis más sinceros hechizos para mostrarle esperanza y enseñarle a luchar a nuestro hijo, por los sueños que sólo si te asustan valen la pena soñarlos.