Ningún momento estuve contigo y aún así dieron como mil años esbozando suspiros y risas. A tu boca no llegué, cuento las penas y no tengo alegrías.
Te planeo como un zorzal sobre tu vida, te busco cual sombra a la noche. Incluso he llegado a soñarte... No sé cómo puedes respirar ni hablar coherentemente cuándo no sabes que el destino depende sólo de ti. No te juzgo no decido por ti, aún así te veo como un esclavo de las circunstancias.
No valoras las cosas y personas que llegan a hacerte bien... Sólo las usas y las rompes creyendo que así desaparecerán de tu vida y de tu memoria.
El tiempo me ha dado la razón, fue en vano. Una vez más no valió la pena.
Te beso y abrazo sinceramente para que en otro sueño me cobijes.
Mago, dulce mago desapareciste. Y te sueño, hasta que se me olvide tu rostro.